El aroma del cerezo en
flor de nuestro jardín nos acariciaba el alma, durante los dos años de duelo
por la muerte de nuestros hijos, por causa de una vacuna desarrollada
apresuradamente para controlar una epidemia, medida que trajo como consecuencia
la muerte de niños y adolescentes en todas las latitudes del planeta.
Como de costumbre al
atardecer nos sentábamos en la terraza para intercambiar los sucesos del día,
acompañados con algún aperitivo. En un momento de silencio observé a Estela,
mirando sin ver, con una mirada melancólica. Eran los resabios de la pena que
después de los años, aun la atormentaban y decidí comentarle un reportaje que
había leído en internet.
―Sabes, Estela, que en los
países que marcan la pauta tecnológica están buscando una solución al
despoblamiento de la tierra, y los resultados positivos obtenidos, les permite que
cualquier persona pueda solicitar bebés. El artículo señala que estos niños se
pueden escoger de diferentes razas y vienen con todos los anticuerpos
necesarios para sobrevivir futuras pandemias
Para que los niños no
parezcan clones, es posible escoger la raza (negros, blancos y asiáticos), de
distintos rasgos físicos, personalidades, inteligencia, contextura y por
supuesto su desarrollo estaría relacionado con: el contexto familiar, el país
que los recibe y al amor de sus padres.
Estela primero abrió
sus ojos en señal de sorpresa, luego su cara se llenó de alegría y esperanza y
exclamó, ¡Yo quiero 3 hijos! Al segundo su semblante cambió y con tono de pena
dijo.
―Pero saldría caro y no
podría con tanto trabajo.
―No te preocupes, la
entrega considera una ayuda mensual de cinco mil euros por cada hijo adoptado y
una niñera robótica.
―¿Entonces, estamos de
acuerdo?
―Sí, Estela, de acuerdo.
Gabriela Rodríguez.
Santiago, Junio del 2020
Santiago, Junio del 2020
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