La revuelta del 18 de Octubre de 2019, es ya un hecho casi olvidado, una fecha que no necesitarán recordar los estudiantes del futuro. Los que escriben la historia ya le tienen reservado un lugar bajo la alfombra. Sin embargo, en su momento generó una gran ola de estudios, pero esta noche quiero hablarles de la investigación más desconocida, la realizada por el Centro de Estudios No Convencionales, CENCO, entidad cuya existencia siempre ha sido puesta en duda, pero como su presidente puedo revelarles que nuestra sede se encuentra en Isla Elizabeth, cerca del Cabo de Hornos, para la tranquilidad de nosotros y también de ustedes.
El informe final de nuestro estudio no será publicado, porque de acuerdo
a los Estatutos de CENCO, todas nuestras investigaciones son de carácter
secreto, lo que aquí voy a revelar es apenas la punta de iceberg, o mucho menos
que eso.
El objeto de estudio fue la figura de Matapacos, hermoso ejemplar de
perro negro, quiltro sin raza definida que habría atacado a los carabineros
colocándose siempre al lado de los manifestantes ocupando muchas veces la
posición denominada Primera Línea.
Ante todo, puedo sostener que Matapacos jamás mató a ningún uniformado,
cosa muy simple de probar ya que en toda la revuelta no hubo una sola baja
entre las fuerzas del orden.
Matapacos es el héroe omnipresente de la revuelta, aunque su aparición
está documentada en muy pocas ocasiones. Pudo aparecer en escena el viernes 18
de Octubre, pero no hay registros de ningún tipo, la primera documentación
encontrada es del viernes 25 de Octubre y los viernes siguientes.
Su presencia, cada viernes en la Primera Línea, se transforma en una
constante, pero hay manifestaciones todos los días. ¿Qué hizo Matapacos los
otros días? Debemos reconocer que no lo sabemos y en esta arista la
investigación permanece abierta.
Un agente nuestro empezó a seguirlo, pero siempre perdió sus pasos. Como
buen sabueso, Matapacos sabía despistar a sus seguidores, sin embargo, nuestro
agente logró descartar la existencia de algún chip en su cuerpo y pudo tomar
una muestra de saliva para estudiar su ADN que resultó ser un ADN de transición
entre perro y humano lo cual nos dejó perplejos.
La aparición constante los días viernes, nos abrió un campo de
posibilidades, podría tratarse de un lobizón. Para los menos versados en la
fauna del inframundo les diré que los lobizones son algo así como los
hombres-lobo, en los territorios en que no existen lobos, como Chile, Argentina
y Paraguay entre otros, pero subrayo Paraguay ya que la cosmovisión guaraní es
explícita en la existencia del lobizón, el séptimo hijo maldito de Tau y
Keraná.
Hay testimonios que dicen que fue capturado por las Fuerzas Especiales y que al día siguiente habría aparecido en su jaula un joven muy alto, pálido y desgarbado, vestido de negro con una pañoleta roja en su cuello y, a pesar de que olía muy mal, tenía contactos importantes, ya que era ahijado del presidente Lagos por ser el séptimo hijo varón de su familia. Luis Arturo Moya se llamaba como el célebre autor de las mejores radionovelas de otra época.
Después del episodio de su captura, Matapacos desapareció en forma tan
repentina como había surgido. ¿Desaparición forzada?, ¿beca para estudiar en
una universidad europea?, ¿ejecución extrajudicial con una bala de plata?, o
quizás perdió su energía al sufrir una transformación cada viernes durante
tantas semanas.
Inquietantes preguntas que nos hacemos mientras esperamos su regreso. Mateo X
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