6.2.23

De Santiago a Nueva York en metro

 















                         Anoche regresó una vez más mi pesadilla favorita, se trata de un sueño recurrente: Un zombie me persigue con un hacha y yo trato de escapar, pero mis piernas no me obedecen, cada una pesa más de cien kilos, me muevo en cámara lenta, el zombie me va a alcanzar inevitablemente. Pero pesadilla o no, hay que ir a trabajar, y esa es otra pesadilla aún más recurrente.

Subo al metro y mi cuerpo se transforma poco a poco en algo feo y desagradable, debe ser la falta de oxígeno, me digo para tranquilizarme, pero solo consigo que el terrible dolor de cabeza vaya en aumento al igual que la ira que corre por mis venas.

Bajo en la estación de siempre y arrastro mis pies hacia la salida a Nueva York, alcanzo a tomar la primera bocanada de aire tóxico en la Ciudad de los Rascacielos, arranco el hacha que está incrustada en mi cerebro y empiezo la cacería.                                                       Juan X

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