Drácula es un narcisista de manual, como la mayoría de los vampiros. En tanto que los hombres lobos son claramente bipolares y los zombis mal que mal son depresivos y es natural después de una experiencia tan extrema de trauma profundo como la sufrida por ellos. Pero por ahora, trataré de limitarme a lo que ocurre con los vampiros, porque meterse de una vez con todo el inframundo es una cosa de locos.
―Vamos por partes― dijo Jack.
El narcisismo de los vampiros es su verdadera maldición, porque debemos recordar que esta especie tan antigua no puede ver reflejados sus cuerpos, ni por los espejos, ni por las bruñidas superficies de los metales, ni por el agua que reposa en el remanso rodeado de añosos árboles azules.En 1970, ante todos los chilenos, el prominente vampiro canadiense Barnabás Collins, enamorado de su propia belleza, intentó cada noche de lunes a viernes en horario estelar romper esta maldición buscando junto a la hermosa doctora Julia Hoffman, la fórmula para convertirse en humano renunciando a la pseudo inmortalidad de que goza su especie, a cambio de poder apreciar su estilosa presencia ante el negro y reluciente metal de su carruaje o verse retozando con su amante en el cuarto de los espejos del Hotel Valdivia.
Pero las obscuras fuerzas del mal se habían puesto en movimiento desde su llegada al canal nacional y mientras Barnabás luchaba por descubrir la fórmula que liberaría de la maldición a todos los vampiros, el cerco se iba estrechando a su alrededor y de nada le serviría tener millones de seguidores que de lunes a viernes entre 8 y 9 de la noche miraban en blanco y negro sus infructuosos esfuerzos por encontrar la ansiada pócima.
La doctora Hoffman, por su parte, había descubierto la fórmula, pero ella no compartía el proyecto de humanizarse que tenía el señor Collins porque no estaba segura de ser realmente amada por este romántico vampiro y temía que una vez obtenido su objetivo, él la abandonara, por eso boicoteaba su propia investigación.
Transcurrieron así exactamente mil días y mil noches de amor cuando los Hawker Hunter se abatieron sobre el canal nacional con su carga de fuego y mil estacas ardientes volaron hacia el corazón de Barnabás segando su búsqueda incansable.
Mateo X